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LO QUE CUESTA SER DISCÍPULO DEL SEÑOR JESÚS






LO QUE CUESTA SER DISCÍPULO DEL SEÑOR JESÚS



Que éramos antes de que el Señor nos iluminara?

1º Juan 5
19Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.

Efesios 5
8Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz;

Efesios 4
17Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 18teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; 19los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.

Efesios 2
2en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

1 Juan 2
15No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.

Ahora que somos parte del Reino de la Luz, que debemos hacer?

Efesios 5
11 Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas

Efesios 4
 22En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,

Romanos 13
14sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.

Lucas 14
33Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

Tanto para seguir a Cristo como para ser su discípulo la condición necesaria es una entrega absoluta al Señor Jesucristo.

Por lo general, desde un principio se suele tener una idea equivocada respecto de la forma en que Dios usa a las personas para su obra.

Hoy en día, a medida que las personas participan de una congregación se amoldan a ella, es sencillo, hay gente que se encarga de ciertas funciones a las cuales se les estima como obreros del Señor y el resto parecen ser simples ovejitas que se sujetan y acomodan a conveniencia en esa condición. Vale decir, muchos estiman que el Señor a algunos llamo a ser sus ovejas y a otros a ser sus siervos. Lamentablemente tenemos que decir que esta es una terrible y equivocada postura por falta de conocimiento en los cristianos, considerando que los ministros por lo general desean que se mantengan en esa condición para someterlos a los fines prácticos de la institución.

La mayoría de los cristianos (adultos promedios, mayormente los casados) estiman que para seguir a Jesús no es necesario producir cambios en el estilo de vida que lleva, por lo cual justifican que no pueden trabajar para el Señor porque se dedican a la profesión laboral en el mundo, teniendo muchas cuentas que pagar, impuestos y gastos para sobrevivir, además porque mantener a la familia requiere de todo el tiempo diario, un trabajo actual demanda más de 10 horas y estiman que el Señor Jesús los comprende y que aprueba su esfuerzo por sostener una vida en este mundo basado en el consumismo y en los impuestos. Así que evitan el compromiso de trabajar para el Señor y esperan que mayormente los jóvenes o los solteros se dediquen a ello.
Los jóvenes en cambios estiman que son pequeños y que no tienen la edad ni la experiencia suficiente para ser obreros (además de que no les gusta aprender, ni orar, ni leer), por lo general se dedican a resolver sus vidas mediante eso que llaman “un futuro digno” y se someten a la escolarización humanistas buscando una profesión en universidades o escuelas para su pleno desarrollo humano en el mundo, así que dedican todo su tiempo al estudio y a los placeres de ciertas actividades sociales, por lo cual justifican de esta manera de que no son los apropiados para trabajar para el Señor y no tienen tiempo para ser discípulo y esperan que los ancianos se encarguen de ellos.

Los ancianos (por lo general personas jubiladas) desgastados y atrofiados por el sistema, se sienten fracasados, enfermos y faltos de conocimiento porque durante su vida no pudieron dedicarse a las cosas del Señor y se dan cuenta de que fueron usados como esclavos en el mundo y estiman que ya es tarde y poco apropiado, a su vez que su testimonio a lo largo de su vida cristiana no le acompaña.

Si dentro de la congregación todo luchan por un estilo de vida dentro del mundo, como pues harán la obra del Señor?.

Cuan equivocados estamos al pensar o estimar que Dios nos llamó para perdonar nuestros pecados para que luego sigamos sometidos en el mismo estilo de vida pecaminoso y mundano que llevábamos; Qué equivocados si pensamos que podemos conservar nuestros bienes y aumentarlos pensando que son su ”bendición”, cuan equivocados por luchar y trabajar por una “casa”, “un confort”, “un vehículo”, “una profesión”, “un status digno” en la sociedad.
Y también cuan equivocados estamos por dar el diezmo y colectas monetarias a hombres autoproclamados ministros o instituciones religiosas esperando que Dios aumente nuestros bienes y riquezas, cuan equivocados por luchar por una institución humana para que crezca en número y aumentar los ingresos económico de la institución.

Cuidado el Señor no está buscando personas que le dediquen el vil y corrupto dinero, tampoco sus tiempos libres o sus tardes libres o sus fines de semana o sus años de jubilados. Él busca personas dispuestas a darle el primer lugar en sus vidas. Él busca (y siempre ha sido así), no multitudes que van a la deriva y sin propósito en su senda, sino hombres y mujeres que individual y espontáneamente se consagren a su servicio por haber reconocido que Él es el Verdadero Señor y que requiere obreros aptos y dispuestos a seguir en el duro y difícil sendero de la autonegación para el propósito de su Padre.

Considera esto: Que Jesús siendo hombre y Señor sobre todas las cosas, con todo su poder podría haber preferido seguir existiendo llevando a cabo propósitos humanos o tan solo haber aceptado lo que el diablo le ofreció en tentación (Mt 4:1-11). Pero no fue así, aún cuando pidió que la copa que le tocara pasase de El (Mt 26:39), renunció a todo para seguir la voluntad de su Padre. Así que:

-
La única voluntad permitida o adecuada al sacrificio de Cristo en el Calvario es la rendición absoluta e incondicional a Él.

El amor de Dios tan maravilloso no puede ser satisfecho con algo menos que la entrega de nuestra vida, nuestra alma, nuestro todo...

El Señor Jesús no murió por tu tiempo libre, ni por tu sacrificio humano para el bien de tu familia o por tu confort social.

El Señor Jesús tiene un Reino que está en conflicto con el reino del mundo, una Gran Empresa Espiritual que batalla contra el sistema maligno, una gran viña la cual requiere de obreros para el desarrollo de su plan.

Mateo 11
29Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Jesús vivió y predicó este Evangelio, un Evangelio de vida con mucho trabajo en Él; Planteó exigencias rigurosas a los que iban a ser sus discípulos, demandas que han sido totalmente olvidadas en estos días de vida materialista. Con mucha frecuencia consideramos el camino del Señor como un escape del infierno y una garantía del cielo mediante una gracia sin responsabilidades o una fe sin obras (Stg 2:14). Aún más las religiones evangélicas con todas sus denominaciones e instituciones engañan a los congregantes haciéndoles pensar que tienen perfecto derecho a disfrutar de lo mejor de esta vida. La religión engaña transformando el duro camino en esfuerzos humanos por conseguir bienes a los cuales llaman equivocadamente “bendición” y no se dan cuenta que son esclavos del sistemas persiguiendo inmundicias para dar su porción a las instituciones humanas.
El Señor Jesús jamás se vinculo o relacionó con los líderes religiosos, ni con los gobernantes.
Sabemos que en las Escrituras hay muchos versículos que hablan fuerte acerca del discipulado, pero nos parece difícil conciliarlos con la condición actual de existencia y con la condición de nuestras ideas acerca de la vigente conducta que se observa en todas las congregaciones actuales.
Miramos con asombro y aceptamos que los soldados de este mundo entreguen sus vidas por razones patrióticas. No nos extraña que los hombres pongan su vida por ideologías políticas o por defensa territorial; Pero que la característica de la vida de un seguidor de Cristo sea “sangre, sudor y llanto”, nos parece remoto y difícil de asimilar. Sin embargo, las palabras del Señor Jesús, son claras y precisas. No hay el más mínimo lugar para malinterpretarlas si las recibimos en su verdadero valor.

REQUISITOS

Estas son las condiciones del discipulado tal como las dio el Maestro:

El aborrecimiento

[ Aborrecer: Rechazo, Repugnancia, Abandono, Perder algo de mucha estima]
Del griego misew [2900] “miseo”: Odiar, aborrecer, (olvidarse de)

Lucas 14
26Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. 27Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.

Juan 12
25El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. 26Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.

Lucas 14
33Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

-              Aborrecer a los parientes y a todos los que se quiere según la carne

-              Aborrecer la propia vida (metas y objetivos en el mundo)

-              Llevar la cruz detrás de Él (tener el mismo sentir de Cristo Jesús)

-              Renunciar a todo los bienes (no tener nada que perder, nada que aferre al mundo)

Lucas 9
57Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. 58Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 59Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 60Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. 61Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. 62Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.

-              No voltear, no distraerse, no retroceder del propósito

Marcos 12
30Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.

-              Un amor supremo por Jesucristo.

Con todo lo mencionado, el Maestro nos está diciendo que no puede haber absolutamente nada en este mundo que esté por encima del amor hacia Él. Esto no quiere decir que debamos tener indisposición o mala voluntad para con nuestros familiares, sino que todas las pretensiones familiares y todo lo que se oponga o estorbe al propósito de Dios debe ser desechado.
De la misma manera que Jesús renunció a todo por amor a nosotros, nuestro amor a Cristo debe ser tan denotado que el resto de las cosas del mundo y los afectos por los demás, deben pasar a un plano de desestimación al punto tal del aborrecimiento y desprecio si tales cosas afectan nuestro amor al Señor Jesús.

Quizás el requisito o la disposición más difícil es la expresión “y aún su propia vida”. El amor propio es uno de los obstáculos más persistentes para el discípulo, hablamos de todo aquello que como ser humano aspiramos en este mundo, en la mayoría de los casos para satisfacer la demanda de reconocimiento, placeres, fama, popularidad, bienes y riquezas que tiene todo ser humano por naturaleza. A veces el problema radica que estas cosas aparecen durante el ministerio a desarrollar y es allí donde muchos caen (1 Ti 6:9-10). Tristemente tenemos que decir que actualmente muchos discípulos que han comenzado de buena disposición posteriormente se han extraviado a causa de la fama, la popularidad y el reconocimiento que las instituciones religiosas brindan engañosamente. Es triste ver a muchos pastores y ministros convertirse en motivadores sociales, actores de programas o películas, exhibirse en los medios de comunicación (videos, tv, radios), muchos que se exhiben en tapas de libros, y hacen propaganda de sí mismos para obtener glorias para sí mismos buscando festividades y premiación, olvidando lo que dice el Señor por medio del profeta Isaías:

Isaias 42
8Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.

Lo que todo cristiano aspirante al servicio debe saber, es que, el discípulo del Señor Jesús, debe necesariamente guardar discreción y si bien las personas son idólatras por naturaleza no debe permitir que cosas como el reconocimiento, la popularidad, la fama, la riqueza le corrompan o le envanezcan provocando el extravío.

También es lamentable como muchos cristiano adosan a la foto o imagen de un ministro frases de su autoría, poniéndolas por encima de lo que las Escrituras especifican.

Proverbios 2
10 Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere grata a tu alma,
11 La discreción te guardará; Te preservará la inteligencia,
12 Para librarte del mal camino, De los hombres que hablan perversidades,

Proverbios 11
2 Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; Mas con los humildes está la sabiduría.

Proverbios 29
23 La soberbia del hombre le abate; Pero al humilde de espíritu sustenta la honra.

Proverbios 21
4 Altivez de ojos, y orgullo de corazón, Y pensamiento de impíos, son pecado.

Salmos 19
13 Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí;
Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.

Mientras no estemos dispuestos a ofrecer voluntariamente nuestra vida a disposición de Cristo, guardando sencillez, discreción y renunciando a todo envanecimiento y a todo el mundo, no podremos ser discípulo del Señor, porque no podremos o no tendremos capacidad para estar en el lugar donde Él desea que estemos para su servicio.

Mateo 16
24Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 25Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.

Requisito: La negación del Yo
Suele haber gran confusión con esto. Muchas veces estimamos que negarse a sí mismo es privarse de cosas tales como actitudes, conductas, comidas, placeres, gastos, etc. Estimamos que voluntariamente podemos dejar nuestras pasiones. Pero eso no es negarse eso es abnegarse.

No confundir “Negarse” con “Abnegarse”. Abnegarse es un vano sacrificio; Tan solo el hecho de pensar que podemos hacer esto es una mentira en nosotros; Podremos quizás esforzarnos por cambiar de actitud ser más amables, (como quien dice “buenos” o “mejor” de lo que soy o de lo que era) pero de nada sirve ese sacrificio y no tiene ningún valor para el Señor.

Gálatas  2
20Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Romanos 14
7Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. 8Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.

La “Negación del yo” es una cuestión de sumisión (someterse, acatar órdenes, ponerse bajo la autoridad) a nuestro Señor Jesucristo. En Cristo Jesús nuestro “yo” no tiene derechos, ni dignidad, ni voluntad propia. Jesús no vino a ayudarte a hacer posibles tus pretensiones humanas, ni tus objetivos sin importar cuán necesario o beneficioso sea para ti. Jesús tampoco vino a que tu “yo” le ayude con cosas o bienes, El vino a matar a tu “yo” porque de esto se trata de matar el “yo” que no sea nuestra mente y nuestro corazón gobernando nuestras vidas (porque somos tinieblas) sino que nos sometamos en El para que su mente sea la nuestra, que su objetivos sean los nuestros, para que su Espíritu nos gobierne.
Negarse es obedecer dejar de hacer lo mío para hacer lo que Él me manda. La abnegación es consecuencia inmediata. Cristo NO anhela mi felicidad en este mundo, no me dará bienes o trabajos o bendiciones materiales, por el contrario la servidumbre en Cristo se hace entre muchas pruebas y tribulaciones, entre mucha pobreza y a cambio de esto solo recibimos el gozo, la paz y la esperanza de recibir lo que nos prometió.

El discípulo No debe buscar “la felicidad” en este mundo, ni pretender que el Señor le ayude a serlo.

Requisito: Elección deliberada de la Cruz


Una terrible muerte en los tiempos antiguos era la muerte en la cruz, fatal designio otorgados a los grandes criminales que eran condenados por tribunales humanos. Obviamente quedar colgado de un madero era muy deshonroso y símbolo de gran condenación. Jehová dijo también: “Maldito todo aquel que fuere colgado de un madero” (Ga 3:13; Dt 21:23)

Lo primero que debe comprender un cristiano aspirante a algún ministerio Espiritual, es que cuando dice “tomar la cruz”, no está diciendo que como cristianos tengamos que soportar cosas tales como una enfermedad terminal en el cuerpo, o tener que tolerar parientes o personas incrédulas que se oponen y se burlan, tampoco se refiere a grandes angustias o tribulaciones a lo largo de la vida, puesto que estas cosas son comunes a todos los cristianos.

Tomar la cruz es seguir una senda escogida por voluntad de Dios. Tal senda es un “camino” que según el mundo es considerado una deshonra y una humillación, pero para Dios es el camino a la excelencia.
Suele decirse con frecuencia y gran verdad que Jesucristo inmerecidamente recibió la deshonra de la cruz, que recibió tal crueldad injustamente por nosotros, pero no saben lo que eso significa, hay muchos cristianos que no entienden cuales fueron los motivos reales por la que Jesús fue crucificado.
A la vista del mundo Cristo fue vituperado por nosotros. ¿Pero porqué fue vituperado?, ¿Qué hizo para ser deshonrado de tal manera?
Jesús demostró gran obediencia y devoción al Padre, y tal devoción fue recriminada y desaprobada por las autoridades religiosas, por los gobernantes y por el pueblo; El mundo no soportó que Jesús fuera en contra de los principios de su sistema maligno; El mundo no soportó que Jesús atentara contra su vano estilo de vida; Es por esto que Jesús fue considerado enemigo del estado y enemigo de la religión y por eso le crucificaron, porque no toleraron la doctrina de la libertad, no toleraron la doctrina del amor a Dios y al prójimo, es por estas razones que la cruz es el emblema del vituperio, que el mundo cargó sobre Jesús y que el mundo cargará sobre todos aquellos que elijan tener el mismo sentir y el mismo obrar de Cristo Jesús.
Tomar la cruz es ir contra la corriente del mundo, tomar la cruz es ir contra el pensamiento y dominio humanista, tomar la cruz es ir contra el pensamiento y dominio religioso.
Al respecto aún dentro de las congregaciones suele sufrirse tal menosprecio de muchos que son confrontados en su forma de ser, muchos que aferrados a la religión defienden las instituciones, defienden su vínculo con el estado, defienden un estilo de vida que consideran cristiano pero que a la luz de las Escrituras es una vida vana idólatra y egoísta.

En estos tiempos es lamentable ver como los pastores y ministros se abrazan con las autoridades gubernamentales y se abrazan con otras religiones, muchos que se aferran al estado buscando jurisdicción, reconocimiento, vínculos y beneficios. Jesús jamás le dio ni tendió su mano a los gobernantes ni a los líderes religiosos, antes por el contrario los acusó de hipócritas e irreverentes; Jesús no abrazó el imperialismo romano, desestimó toda forma de gobierno humano, solo se sujetó a la ley de Dios; Sin embargo hoy los líderes religiosos se abrazan con las potestades malignas, se abrazan con presidentes, con reyes y con líderes religiosos, muchos que seden el púlpito a los políticos para hacer proselitismo dentro de la congregación, muchos ministros se envuelven en la bandera del estado, muchos que toman para sí imágenes, iconografía, denominación religiosa y doctrinas humanas.

Efesios 6
12Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.  

Todo cristiano aspirante a servir al Señor Jesús, debe entender que el Evangelio es una batalla por liberar a las almas del dominio de las tinieblas, es decir del dominio intelectual de los gobiernos y religiones, para una libertad en Cristo Jesús. Obviamente no es fácil tomar la cruz e ir detrás del Señor, seguir a Jesús tiene su costo, seguir a Jesús es entregar la vida en batalla si fuere necesario.

Mateo 16
25Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.

Muchos ministros y pastores evitan la cruz conformándose a este mundo o conformando la congregación al mundo y luchan por sacar beneficios económicos para bienes, viajes y placeres.

Requisito: La vida de un discípulo es una vida invertida en Cristo.
Para comprender lo que esto significa conviene preguntarse: ¿Cuál fue la principal característica de la vida del Señor Jesús?, pues la respuesta es: Una vida de obediencia a la voluntad de Dios, una vida de servicio para los demás, una vida de paciencia y tolerancia ante los más graves errores cometidos por el pueblo. Fue una vida llena de celo y desgaste, templanza, mansedumbre, bondad, fidelidad y devoción.

Las Escrituras especifican que para ser su discípulo debemos andar como Él anduvo. Debemos mostrar el fruto de nuestra semejanza en Cristo, tal como lo hicieron los apóstoles.

Juan 15
8En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

1 Pedro 2
21Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;

1 Juan 2
6El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.

Juan 13
15Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.

2 Tesalonicenses 3
7Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, 8ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; 9no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis.

Requisito: Un amor ferviente por todos los que pertenecen a Cristo.

Juan 13
35En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

El amor que enseñó el Señor Jesús no está basado en sentimientos o pasiones humanas, el amor de Dios no opera en la carne, opera por obras y servicios por el bienestar del hermano.
El amor del Señor Jesús es aquel que considera a los demás como mejores que uno mismo. Es el amor que cubre multitud de pecados. Es ese amor que es sufrido y es benigno; no es jactancioso, no se envanece, no es injurioso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta (1 Co 13:4-7). Sin este amor el discipulado sería un ascetismo frío y legalista. Sería un címbalo que retiñe.

Requisito: Permanencia continua en su Palabra.

Juan 8
31Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Juan 5
39Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;

Colosenses 1
9Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, 10para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

Santiago 1
22Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.

El verdadero discipulado se caracteriza por la estabilidad y la versatilidad en las riquezas doctrinales.
El verdadero discípulo es un hombre de mucha lectura, de mucha oración y de mucha meditación en las Escrituras. Esto es necesario para que sea apto para enseñar con mansedumbre y paciencia.
Al respecto podemos ver como muchos empiezan bien, lanzándose hacia adelante a un deslumbramiento de la profundidad de la gloria de Dios. Pero algunos se agotan prontamente, muchos cesan, porque la prueba de la realidad del discipulado es su perseverancia hasta el fin.
Jesús dijo: “Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” (Lc 9:62).

La obediencia ocasional a las Escrituras no sirve. Cristo desea que los que le siguen lo hagan obedeciendo en forma constante y continuada.

Requisito: Renunciar a todo lo material por seguir a Cristo.

Lucas 14
33Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

Esta es, tal vez, la menos apreciada de las condiciones de Cristo para el discipulado, y se podría probar que es el texto menos apreciado de las Escrituras. Los religiosos y ministros actuales a los cuales se les considera como los entendidos pueden dar mil razones para intentar probar que el versículo no quiere decir lo que parece decir, pero los verdaderos discípulos sencillos lo reciben con ardor, aceptando que el Señor Jesús sabía lo que quería decir.
¿Qué quiso decir con renunciar a todo? Significa que la vida basada en el materialismo y en el consumismo no es compatible con la vida que debe llevar un discípulo del Señor Jesucristo. Esto suele ser trágico para muchos aspirantes, pero dado el requisito los verdaderos ministros del Señor no son hombres ricos, ni basan su esperanza en el aumento de sus bienes o riquezas, antes por el contrario se despojan de todo aquello que estorba, eliminando de sí toda ansiedad material porque estás están basada en la carne la cual es muerte (Ro 8:6).
Los primeros cristianos nos han dejado el ejemplo, puesto que lo vendían todo para eliminar la necesidad de los demás hermanos (Hch 2:44-45; 4:34-35), y murieron como mártires, pobres y perseguidos, pero con Gran Tesoro en el Reino de los Cielos (Mt 6:20)

Actualmente los considerados ministros muestran todo lo contrario, atesoran para sí riquezas por las que no trabajan, sino que la obtienen mendigando a los cristianos, o bien vendiendo suvenir, amuletos, música, películas, etc, haciendo negocios con el estado o con otras instituciones, en fin …   

Por otro lado, el que renuncia a todo no debe convertirse en un despreocupado holgazán. Trabaja arduamente para proveer a las necesidades comunes de su familia, de sí mismo y de la obra, comprendiendo que el objetivo de su vida es extender la obra de Cristo, su vida se invierte en el trabajo del Señor dejando eso que atemoriza a muchos “el futuro” en las manos de Dios.

El discípulo está continuamente buscando primeramente el reino de Dios y su justicia teniendo por cierto que nunca le faltará nada, ni comida, ni vestimenta, ni lugar para reposar.
Un discípulo no puede poner su confianza en dinero ahorrado o en el potencial de su trabajo o profesión en el mundo porque tales cosas requieren todo el tiempo del día. El discípulo se enfoca en las muchas necesidades Espirituales de la Iglesia.

El discípulo no debe poner su mira en las ganancias económicas o materiales, ni se debe prestar para  hacerlo. El verdadero discípulo no malgasta su vida y su tiempo acumulando cosas ni riquezas, todo lo que un discípulo tiene lo pierde por amor a Cristo, porque estima más las ganancias Espirituales y a ellas se avoca.

Las actitudes propias de un discípulo son:

2 Timoteo 2
4Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.

Hebreos 10
34Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos.

Hechos 20
33Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. 34Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. 35En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.

Proverbios 22
7          El rico se enseñorea de los pobres,
Y el que toma prestado es siervo del que presta.

Mateos 5
40y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; 41y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. 42Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.

Y esto no es nuevo porque desde tiempos antiguos a los judíos se les dijo:

Deuteronomio 15
6Ya que Jehová tu Dios te habrá bendecido, como te ha dicho, prestarás entonces a muchas naciones, mas tú no tomarás prestado; tendrás dominio sobre muchas naciones, pero sobre ti no tendrán dominio.
7Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre, 8sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que necesite.

Resumiendo

-              El discípulo NO pide prestado, por lo general es él quien da
-              El discípulo NO ahorra para su futuro bienestar, ni para bienes materiales
-              El discípulo NO es rico ni pretende riquezas
-              El discípulo NO compra en cuotas, todo es de contado. (Evita enredarse con el sistema)
-              El discípulo NO espera nada de nadie, se provee para el mismo, para el necesitado y para el servicio

No se necesita ni se requiere de dinero para trabajar para el Señor, tampoco lo obtendremos trabajando para el Señor.

Estas y muchas otras cosas son necesarias aplicar a nuestras vidas.
La expresión “cualquiera de vosotros” de Lc 14:33 somos todos y cada uno, no hay excepciones.

Proverbios 30
7Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario;

Salmos 37
16Mejor es lo poco del justo, Que las riquezas de muchos pecadores.


Ser discípulo de Jesús es solo para valientes, ¿Estás dispuesto?, Te desafío.



La Paz del Señor Jesús


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