LA BIBLIA
Etimología
El
vocablo Biblia proviene del griego “ta biblia = Los Libros”.
Del griego biblion [862] “biblion”:
Libro, rollo
En
sí la expresión refiere al derivado de un conjunto de papiros o rollos, siendo biblia plural de biblion (biblíon,
'papiro' o 'rollo', usado también para 'libro'). Es
posible que biblion sea el apelativo de su origen de la ciudad “biblov =
Biblos”, importante mercado de papiros que estaba ubicada en la costa norte de
lo que hoy es Líbano a 30 km
de Beirut.
Primeros materiales para la
edición de los libros
El papiro es una planta acuática de la cual se extraía la sabia con
prensas y se hacían tiras, que luego se entrelazaban y se prensaban nuevamente,
obteniendo planchas de gran soporte para las inscripciones. Además de esto
también se utilizaba vitela (cuero de animales tales como el de antílope,
becerro novillo, gacelas, gamuzas, ciervos y familia de estos).
La tinta era hollín de humo negro con cola, agua o aceite de muy buena
duración y permanencia;
Con el papiro como papel se armaban rollos y pergaminos, y se
escribían volúmenes completos en un solo rollo.
Los profetas y los apóstoles utilizaron mayormente el papiro para
redactar la inspiración del Espíritu.
Posteriormente, los cristianos, con la intención de mantener el
mensaje y la integridad del escrito reproducían copias de seguridad, pues el
mucho trajinar del pergamino apresuraba su deterioro, por estar hechos con
materiales perecederos.
Idiomas primitivos en que
fueron escritos los libros de la Biblia
La
biblia es una compilación de libros que en su mayoría para el Antiguo
Testamento el idioma oficial fue el hebreo consonántico, también hay muy
pequeñas porciones en libros proféticos e históricos escritos en arameo, y en su
mayoría el Nuevo Testamento en griego koiné mayúsculos.
De
manera general no se distinguían separaciones de prosas, párrafos,
acentuaciones, ni puntos, ni comas, ni signos literarios de exclamación o
interrogación, por ejemplo el Nuevo Testamento era un rollo de palabras
corridas sin espacio entre palabras (muy similar a cuando escribimos una
dirección web).
Primeros Usos para la
expresión “La Biblia”
La
frase ta biblia fue
empleada por los hebreos helenizados desde el siglo IV aC en adelante,
(Sobretodo aquellos que habitaban en ciudades de habla griega) para referirse
al Tanaj (forma hebrea) o a lo que actualmente denominamos “Antiguo
Testamento”.
El
Tanaj entonces era la primera Biblia que tenía el pueblo judío (actualmente lo
sigue siendo).
Con
el desarrollo y expansión del cristianismo La Iglesia comenzó a adosar al Tanaj
los evangelios y las cartas de los apóstoles. Y la frase “ta biblia”
se transformó en el título genérico de la unión de los libros judaicos (Antiguo
Testamento) con los evangelios y cartas apostólicas al que denominamos “Nuevo
Testamento”.
Ya
en el siglo I como el imperio romano se esforzaba por imponer el latín como
lengua oficial, la expresión se redujo a un solo vocablo “biblia”
“Biblia” expresión latinizada usada e impuesta de forma universal por la
religión católica desde el siglo IV dC.
Valor histórico de las
Escrituras
Que interesante es desafiar a los
historiadores y filósofos de estos tiempos sabiendo que la mayoría de sus
premisas se han construido con argumentos sostenidos en muy pero muy poca
evidencia histórica a diferencia de las doctrinas de las Escrituras (es decir de
la biblia) que tiene más evidencia que cualquier libro de literatura histórica o
de la lectura filosófica reconocida.
Desde una perspectiva histórica queremos
brindar las herramientas apropiadas para que cada cristiano pueda defender
históricamente el valor de las Escrituras.
Los pastores y maestros deben enseñar
a los cristianos a evaluar y defender el poder del testimonio de las Escrituras
por encima de cualquier libro filosófico o científico. Porque la mayoría de los
incrédulos y lamentablemente tenemos que decir también de muchos cristianos, tienen
la infeliz o mal provista idea de que el cristianismo está basado en una “fe
ignorante”, es decir, en una “fe” sin sustento histórico, sin razón o lógica o
sin sustento científico. Cuando es el libro que mayor evidencia tiene con más
de 19000 documentos históricos de edades muy antiguas y muy congruentes entre
sí, lo que convierte al fundamento del cristianismo en una “fe histórica e
inteligente”.
Por otro lado algunas religiones
cristianas consideran al cristianismo como el producto de una “fe filosófica”,
es decir una “fe” basada en un conjunto de conceptos o ideologías centradas en
historias utópicas en los que se cree sin el consentimiento histórico y/o
científico. Por lo general estas personas están influenciadas por el
pensamiento humanista que siempre ha tratado de desvalorizar el testimonio de
las Escrituras.
Resolución
de la historia
Haciendo un análisis desde el punto de
vista histórico de cualquier suceso, lo primero que tenemos que preguntar es:
¿Qué clase de pruebas brinda o aporta la historia en cualquier obra literaria
histórica para determinar su veracidad y exactitud? ¿De qué manera los
historiadores y científicos verifican los hechos que se mencionan en tantos
libros y enciclopedias de historia universal? ¿En que sustenta los tantos
argumentos que se mencionan en su investigación?. En definitiva: ¿Cuál es la
base fundamental de la historia para medir la
veracidad de la misma?
Pues bien, para responder a todas
estas cuestiones tenemos que preguntar primeramente ¿Qué es la historia?
La
historia se define como el conocimiento del pasado basado en testimonios o
evidencias,
sean estas, testimonios escritos, gráficos o mediante la presentación de
evidencias materiales; Obviamente mientras más sean, mayor precisión se
obtendrá a la hora de determinar las características de un suceso o evento
histórico.
Todos los testimonios y todas las
evidencias se analizan cuidadosamente para determinar el espacio-tiempo del
evento en cuestión, es decir para indicar lugar, fechas, marco histórico, congruencias,
etc. y así dictaminar un veredicto de fidelidad de los testimonios para
proceder con los posibles argumentos; Y así funciona la literatura histórica. Y
sabiendo esto, siempre se ha dicho que es ridículo probar la veracidad de las
Sagradas Escrituras. Pero he aquí, que bajo el fundamento o concepto mismo de
la historia podemos ufanarnos al decir que las Escrituras tienen más evidencia
y más testimonio que la mayoría de las principales fuentes históricas de la
historia universal en conjunto, incluyendo a los libros filosóficos también en conjunto.
EVIDENCIA HISTORICA
|
||||||
Escritor
|
Herodoto
|
Tucidides
|
Platón
|
Aristóteles
|
La Biblia
|
|
(484 al 425 aC)
|
(460 al 396? aC)
|
(427 al 347 aC)
|
(384 al 322 aC)
|
|||
Literatura legada
|
Guerras Medicas del
Siglo V aC
|
Guerra del
Peloponeso del Siglo V aC
|
Historia de la Filosofía
del Sigo V aC
|
Lógica, metafísica,
política, retorica, astronomía. Siglo IV aC
|
Principio y Fin de
todas las cosas
|
|
Manuscritos
Disponibles
|
8
|
8
|
7
|
5
|
19.000
|
|
Copia más antigua
|
Siglo X dC
|
Siglo XI dC
|
Siglo X dC
|
|
Siglo IV
|
|
Papiro Evidencia
|
Siglo II
|
|
|
|
Siglo II
|
Todo cristiano debe saber que las
Escrituras en cuanto a factor tiempo, como documentos históricos y fehacientes,
cuenta con evidencia de mayor antigüedad que cualquiera del ámbito secular, a
su vez en cuanto a cantidad bibliográfica, las Escrituras cuentan con un
sustento en evidencia escritural de aproximadamente unos 19000 (diecinueve mil)
manuscritos de diferentes edades, de diferentes lugares y en diferentes idiomas
(algunas ya en extinción), a diferencia de las fuentes seculares tales como la
filosofía platónica que cuenta con la evidencia de solamente siete manuscritos,
de Tucidides solo hay ocho manuscritos, de Heródoto también hay solamente ocho
manuscritos y de Aristóteles solamente cinco y en todos los casos la evidencia
histórica de estos documentos no supera en antigüedad a los manuscritos que dan
testimonio de las Escrituras.
Si cualquier incrédulo u hombre
secular pregunta: ¿Son fidedignos los testimonios de las Escrituras? Debemos
responder que históricamente dada la cantidad de evidencia bibliográfica que la
respaldan y la antigüedad de los manuscritos existentes, las Escrituras son más
verificables que cualquier otro suceso en la historia del hombre y por ende es
el libro de mayor confianza y muy fidedigno. Y la certeza de las Escritura
supera ampliamente a cualquier libro filosófico; Por lo que cualquier ser
humano al poner su confianza en los libros seculares por encima de las
Escrituras está cometiendo suicidio intelectual.
Los
aportes históricos de las Escrituras y las controversias
Si miramos bajo el contexto histórico
y solamente bajo el contexto histórico, podremos ver que históricamente las
Escrituras relatan mediante el testimonio de muchas personas la vida de un
hombre que demostró mediante muchas señales y muchos milagros ser “El Hijo de
Dios” (Mt 26:63-64) que enseño su doctrina de manera sencilla y didáctica luego
de haberla practicado (Jn 18:20; 17:14; Hch 1:1), que posteriormente fue
asesinado por su doctrina (Mr 15:12-15; Jn 19:7) pero que resucitó después de
tres días de ser asesinado confirmando su doctrina (Lc 9:22).
Obviamente que haya vivido no es el
problema para el incrédulo o humanista, que haya sido asesinado tampoco lo es,
el verdadero problema es si realmente resucitó. Porque la resurrección es lo
que el mundo humanista ha rechazado y descartado, indicando el mismo como un
hecho imposible, al punto tal que mediante artilugios trata de desmentir y
desvalorizar esta verdad y por ende la veracidad del testimonio Escritural.
Sin embargo los análisis más profundos
demuestran la veracidad de la historia en tiempo y espacio y esto es posible
porque los testimonios de las Escritura aportan con mucha exactitud muchos
datos y fechas exactas del marco histórico (Ej: Lc 2:1; 3:1-2; Mt 2:22..etc) que pueden ser claramente verificables mediante
el análisis de testimonios seculares paralelos de la época (por fuera del
testimonio bíblico), como así también demuestran la congruencia de la
diversidad de testimonios de los autores que también fueron asesinados defendiendo
la verdad de los hechos; Hablamos de los que murieron defendiendo la verdad de
las enseñanzas y sobre todo defendiendo la verdad de la resurrección de
Jesucristo.
ESTRUCTURA DE LA BIBLIA
La Biblia está separada en:
Antiguo Testamento y Nuevo Testamento
La
primera división que encontramos en la Biblia es la separación de los libros en
dos bloques: El Antiguo Testamento (AT) y Nuevo Testamento (NT). Entender y
comprender esto es muy importante para todo hijo de Dios.
Un
Testamento es un legado, también conocido como “Pacto”, que es un contrato o
acuerdo entre dos o más partes que incluyen una reglamentación que determina la
voluntad de un Testador frente a un Heredero.
Doctrinalmente
se ha aplicado esto a la Biblia, para que el lector entienda que Dios ha
manifestado su voluntad primera al pueblo judío y mediante ella la introducción
de un “Nuevo Pacto” (Un mejor Pacto) que incluye a los gentiles (Jer 31:27-34;
Lc 22:20; Ro 9:24-26; Heb 8:1-12, 9:15-17; 2 Co 3:14).
Fue
mediante la palabra de Jesucristo y la revelación dada a los apóstoles que la
Iglesia asimiló la voluntad de Dios mediante las Escrituras, teniendo
testimonio de lo antiguo para guardar y cumplir lo nuevo (1 Co 10:6,11).
Descripción,
Origen y Objetivo
La
Biblia es una compilación de textos (que en un principio eran documentos
separados llamados "libros"), escritos en hebreo y en griego.
Cada
“libro” o “rollo” o “pergamino”, tiene como base fundamental el hecho de haber
sido ordenado por Dios, como también inspirado por Dios y esto podemos verlo en
cada uno de los libros. Cada vez que leamos “vino palabra de Jehová” o “Palabra
de Jehová que vino a..” nos encontramos con un libro ordenado, expresado e
inspirado por Dios.
Exodo
17
14Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro ……
Isaias
30
8Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede
hasta el día postrero, eternamente y para siempre.
Jeremías
36
1Aconteció en el cuarto año de Joacim hijo de Josías,
rey de Judá, que vino esta palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 2Toma un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he
hablado contra Israel y contra Judá, y contra todas las naciones, desde el
día que comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy.
Ezequiel 1
3vino palabra de Jehová al sacerdote
Ezequiel hijo de Buzi, en la tierra de los
caldeos, junto al río Quebar; vino allí sobre él la mano de Jehová.
Oseas 1
1Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri, en días de Uzías,
Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey
de Israel.
Colosenses
4
16Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia
de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también vosotros.
Apocalipsis
1
11que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y
el último. Escribe en un libro lo que
ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna,
Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.
1
Tesalonicenses 5
27Os conjuro por el Señor, que esta carta se lea a todos los santos hermanos.
2 Tesalonicenses 2
15Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido,
sea por palabra, o por carta nuestra.
2 Pedro 3
1Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro
limpio entendimiento, 2para que tengáis memoria de las palabras que
antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y
Salvador dado por vuestros apóstoles;
Apocalipsis
1
3Bienaventurado el que lee, y los que oyen las
palabras de esta profecía, y guardan las
cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.
Juan
20
30Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia
de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31Pero
éstas se han escrito para que creáis que
Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su
nombre.
Muchos
consideran equivocadamente que la Biblia es un libro que intenta explicar la
existencia de Dios.
Dios
no necesita explicar su existencia, Él es Dios, que su creación no le reconozca
es una cuestión puramente insensata y pecaminosa por parte del hombre.
La
Biblia es un libro testimonial de la obra de Dios y de su Plan para recuperar
lo que se había perdido.
Si
bien desde una perspectiva la Biblia relata la historia del origen del pueblo
judío y de un hombre que proféticamente fue anunciado como el Mesías, vemos por
sobre estas cosas una interacción entre la Voluntad de un Dios que dirige todas
las cosas con precisión matemática y una creación sujetada al poder de la
muerte por circunstancias experimentales con el fin de probarla y
perfeccionarla en obediencia.
La
Biblia entonces no es solo la historia del pueblo judío y del inicio del
cristianismo, estas son consecuencias de leer la biblia; El objetivo real está
contemplado en el propósito de Dios para con el hombre.
Podemos
verificar ciertamente que el verdadero objetivo de la Biblia es instruir al
hombre en justicia, para perfeccionar al hombre y hacer de él un instrumento obediente
apto para toda buena obra.
2
Timoteo 3
16Toda la Escritura es inspirada por
Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, 17a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente
preparado para toda buena obra.
Así podemos ciertamente demostrar
que la Biblia está hecha para ser leída y
ser aplicada en la vida, la biblia es un libro científico que está hecha para
ser escudriñada en profundidad acerca de todos los misterios, porque sin ella
jamás entenderemos el origen de todas las cosas y el propósito de Dios en su plan
de salvación para con el hombre.
Esto es indispensable para el
cristiano, totalmente necesario para todo hijo de Dios; El que no lee la Biblia
no puede entender ni comprender la voluntad de Dios.
Juan 5
39Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os
parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio
de mí;
2 Timoteo 3
15y que desde la niñez has sabido las Sagradas
Escrituras, las cuales te pueden hacer
sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
El Canon y su historia
Ahora
bien, a parte de los libros bíblicos existen muchos libros antiguos que han
querido pertenecer o formar parte de la Biblia; Sin embargo los que forman
parte de la Biblia lo forman por el hecho de haber sido seleccionados mediante
un canon.
Un
canon es una reglamentación con requisitos específicos bien argumentados que
sirven para armar el catalogo o la lista de los libros que van a formar parte
de la Biblia.
Actualmente
existen muchas religiones cristianas con diversidad de opiniones divididas y
esto hace que cada religión tenga su propia Biblia basada en su propia
formación canónica.
Históricamente
sabemos que la primera formación canónica fue establecida por el pueblo judío
(puntualmente por sus sacerdotes) posterior a la liberación del pueblo judío de
los egipcios.
La
primera formación canónica fue “La Torá” “libros de la ley” con aproximadamente
613 preceptos del Judaísmo y la historia del origen de la humanidad y del
pueblo judío, lo que nosotros conocemos como “el Pentateuco” que son los
primeros cinco libros de la Biblia (Génesis, Éxodo, Levítico, Números,
Deuteronomio) escritos aproximadamente entre el 1491 y el 1445 aC por Moisés, pero
ordenado por Dios (Ex 17:14).
De
esto podemos deducir la primera regla canónica: La primera regla para que un libro forme parte de la Biblia es que
dicho libro sea ordenado por Dios.
En
general La Biblia fue escrita aproximadamente desde el 1491 aC y durante el
primer siglo cristiano (100 dC.) Aunque existen indicios bíblicos de la
existencia de un libro antediluviano que fuera escrito posiblemente 3400 aC pero del que no quedan evidencias ,
nos referimos al libro de Enoc mencionado en Judas (Jud 14) y que ahora ya no
está disponible.
Es
evidente de que si buscamos los originales de estos libros, no existen, por la
razón de haber sido hechos con elementos perecederos y por el desgaste natural en
el uso de los mismos.
Obviamente
a lo largo de la historia los libros se han reproducido o copiados a través de
las generaciones, pues así les fue ordenado por el Espíritu a los profetas y también
a los apóstoles del primer siglo (Col 4:16; 1 Te 5:27; 2 Te 2:15).
En
un principio los judíos afianzaron todo su estilo de vida en el sistema legal de
la Torá (Pentateuco del AT). Sin embargo, el sistema de organización del pueblo
judío ha ido cambiando con el tiempo, a causa de sus fracasos ante el
incumplimiento de la ley. Cada cambio ha sido perfectamente documentado, tales
como el periodo de los jueces, el periodo de los reyes y el periodo de la
diáspora y sometimiento extranjero. A su vez Dios envió profetas a su pueblo y
a los pueblos que lo avasallaban para hacerles volver de su error. Por lo cual
estas palabras fueron también documentadas por el hecho de ser Palabras
enviadas por Dios.
Esto
motivó que el pueblo judío guardara los libros de las crónicas de los jueces y
reyes y también los libros de los profetas que habían hablado por orden de
Jehová adosándolos a la Torá por su intervención a lo largo de estos períodos.
Así
que la formación canónica judía argumentó que todo el paquete de libros
crónicos, proféticos y poéticos fuera parte de la Biblia judía, lo que hoy
conocemos como Antiguo Testamento (Tanaj).
Existió una segunda regla
canónica judía que argumentaba que un libro para formar parte de la Biblia tenía
que estar escrito “puramente en hebreo” y que tal libro certificara ser
original o ser copia de antecedentes verídicos incuestionables.
Sin
embargo esta regla se modificó para que se admitieran algunos libros proféticos
pos-exilico tal como el libro del profeta Daniel que tiene parciales en arameo,
como también el libro de Esdras con parciales en arameo.
(Posible
libros escritos parcialmente en arameo Esdras desde el 4:8 hasta el 6:18,
7:12-26; Daniel desde el 2:4 hasta el 7:28; Gn 31:47 (dos palabras); Jer
10:11).
Durante
el siglo III aC, y con la helenización como prioridad del imperio griego, el
Tanaj se tradujo al griego (lo que conocemos hoy como Septuaginta LXX, o la
versión de los setentas) hecho poco tolerable por la religión judía, por
haberse cambiado el idioma natal del Tanaj a uno gentil (la cual era necesaria
para los judíos helenizados de habla griega dispersos por el imperio) y también
había disconformidad por la inserción de algunos libros histórico considerados
apócrifos o contradictores al canon de formación (los libros apócrifos más
conocidos y que forman parte de LXX son: Tobia,
Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, 1ª y 2ª de Macabeos, además de
adiciones a otros libros, como Daniel
3:24-90 y los capítulos 13 y 14, y algunas al libro de Esther)
También
vale destacar que los saduceos (la secta aristocrática judía) solo consideraban
como único canon al Pentateuco poniendo al resto de los libros como adicionales
pero no influyentes.
Con
el tiempo y durante el periodo de Jesús en la tierra, los fariseos ejercieron
un mayor predominio en la mayoría de las sinagogas nativas y extranjeras por lo
que el canon que prevalecía era el Tanaj, y los judíos esparcidos utilizaban la
septuaginta.
Con
la llegada del Señor Jesucristo, los preceptos de Dios traspasaron las
fronteras judías para llegar a los gentiles (o sea a todo aquel que no es
judío, ¡Gracias Señor!).
Jesucristo
mismo luego de haber cumplido la Torá a la perfección (Heb 4:14-15) y luego de
demostrar a su pueblo que Él era el resultado de todo aquello que los profetas
habían profetizado acerca del Hijo de Dios, produjo el fin del Pacto Judío
(Antiguo Pacto) (Ro 10:4), para traer un Nuevo Pacto (del cual ya se había
profetizado) (Jr 31:31-34).
A
partir de entonces fueron los apóstoles los encargados de predicar y extender
el Nuevo Pacto a todo el mundo reproduciendo por el Espíritu las palabras del
Señor Jesucristo (Jn 14:26) y dejando por escrito su vida, sus hechos, sus
milagros, sus Palabras y también estableciendo un nuevo orden Espiritual o
régimen Espiritual (La Ley Espiritual del Nuevo Pacto) (Ro 8:2).
Así
fue que se acopió a la Tanaj la documentación apostólica para formar “El Nuevo
Testamento” en la Biblia. Esto provocó cambios en las reglas canónicas que los
judíos no pudieron controlar, porque la biblia pasó a ser un libro de la
Iglesia de Dios.
Con
el tiempo la Iglesia usó como plataforma de vida y enseñanza doctrinal los
evangelios y las cartas apostólicas, acompañando a estas los libros judíos de
la Tanaj, reproduciendo de continuo copias de los libros y entregándolas a las
Iglesias que se iban fundando.
De
esta forma la Biblia quedó determinada por la Iglesia en una compilación de dos
bloques de libros, por una parte los libros judíos o “el Tanaj” lo que
conocemos como “El Antiguo Testamento”
y por otra parte los evangelios y cartas apostólicas llamados “El Nuevo
Testamento”, ambos Testamentos
son un (“legado”).
La
Biblia al igual que el cristianismo ha sufrido muchas persecuciones.
Después
de Jesús el imperio romano persiguió a los cristianos y no conforme con esto
persiguió las Escrituras por considerarla un atentado contra el sistema
socio-político. A causa de esto se perdieron la mayoría de los primeros
manuscritos.
Hay
que agregar también que durante los primeros siglos muchos indoctos con mentes
malvadas tergiversaron las Escrituras falsificando los manuscritos (2 Pe 3:16)
La religión y el canon
Con
el amplio desarrollo del cristianismo en pleno auge del imperio romano, se
produjeron grandes cambios socio-culturales que obligó a reaccionar a las
autoridades romanas para no perder el control sobre las masas.
Un
movimiento estratégico por parte del sistema durante el siglo IV generó la
primera religión cristiana conocida como la “religión católica apostólica
romana”. A quien le entregaron el poder de dominar sobre el cristianismo.
Fue
la religión católica la que se auto encargó de formar institucionalmente el
primer conjunto de libros en las cuales se basarían todos sus preceptos, reglas
morales y religión. A esto se denomina “formación canónica católica”.
Con
el tiempo la religión produciría en si misma divisiones y oposición directa por
parte de algunos gobiernos, produciéndose así la formación de varias religiones
cristianas.
Obviamente
cada religión cristiana realizó su propia formación canónica.
Hasta
el siglo XVI se mantuvo en Occidente la traducción latina de Jerónimo, conocida
como "la Vulgata" (proveniente del latín vulgar) que incorporaba el
canon judío (Tanaj) más los libros apócrifos que formaban parte de la Septuaginta
griega y todos los evangelios, las cartas apostólicas y el libro de apocalipsis.
El canon católico
El
canon católico romano de la biblia fue sancionado por primera vez en el
Concilio de Hipona en el año 393 de nuestra era. Dicho canon consta de 73
libros, 46 pertenecientes al AT incluyendo 7 libros llamados actualmente
Deuterocanónicos (Tobit, Judit, I Macabeos, II Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico
y Baruc), que no son reconocidos por el canon judío ni valorados como canónicos
por la Iglesia ni por el protestantismo, y 27 al NT que fue confirmado en el
Sínodo de Roma en el año 380, y ratificado en el Concilio de Cartago en el año
397, y luego nuevamente confirmado por decreto en la cuarta sesión del Concilio
de Trento del 8 de abril de 1546. Ninguna de estas decisiones fue reconocida ni
asumida entre la Iglesia ni los protestantes, surgidos a partir del Siglo XVI,
ni por distintas denominaciones para-protestantes, surgidas a partir del Siglo
XIX (religión de los testigos de Jehova y los mormones).
El
canon Ortodoxo católico es aún más amplio que el Canon católico romano, e
incluye el Salmo 151, la Oración de Manasés, el Libro III de Esdras y el Libro
III de los Macabeos. (En adición a éstos, el Libro IV de Esdras y el Libro IV
de los Macabeos figuran, así mismo, como apéndices, en muchas importantes
versiones y ediciones de la Biblia.)
Con
la Reforma Protestante del siglo XVI, Martín Lutero cuestionó la necesidad de
mantener los libros "apócrifos" junto a los del canon judío y los
agrupó como un apéndice histórico al final de su traducción al alemán de la
Biblia indicando que no corresponden al canon clásico predeterminado por la
Iglesia.
Así
pues, las versiones católicas de la Biblia constan de 73 escritos, en tanto que
las versiones protestantes sólo contienen 66, debido a que ellos consideran que
siete libros impresos en las versiones católicas (los deuterocanónicos) sólo
son "lectura histórica", pero no canónica. Las versiones ortodoxas,
por su parte, incluyen 76 libros en total. Además, la religión Ortodoxa Etíope
incluye como canónico en el Antiguo Testamento el Libro de Enoc, que no incluye
ninguna de las otras religiones cristianas ni el judaísmo.
Los libros “apócrifos”
La
diferencia canónica entre religiones radica solamente en la formulación del
Antiguo Testamento. El hecho parte desde el momento en que la Tanaj hebrea se
tradujo al griego obteniendo “La Septuaginta” o versión de los setenta que
incluían libros apócrifos.
Los
libros apócrifos son los libros “tergiversados”, “supuestos” “inventados” o
“carente de evidencias” o “históricos sin la inspiración de Dios”, en
definitiva los libros apócrifos son inspirados por hombres y no por Dios, que
algunas religiones como la católica decidieron insertar en su formación
canónica sin argumentos fehacientes.
Cabe
destacar que Jesús jamás hizo alusión o mencionó algo de los libros apócrifos.
Hemos
de considerar también que analizando los libros apócrifos se encuentran muchas
contradicciones doctrinales y mucha oposición con lo enseñado por los otros
libros del AT.
Daremos
solo algunos ejemplos de las muchas contradicciones halladas en los libros
apócrifos:
Biblia
con libros apócrifos: Dios habla hoy / Libro del pueblo de Dios
2
Macabeos 15
…….Y yo termino aquí mi narración. 38Si está bien escrita
y ordenada, esto fue lo que me propuse. Si es mediocre y sin valor, solo eso
fue lo que pude hacer.
En
este versículo el escritor mismo da testimonio que fue inspirado por él y no
por Dios, considera así mismo la posibilidad de ser mediocre y sin valor.
Baruc
6
2En Babilonia tendrán que vivir
muchos años, un tiempo
muy largo, siete generaciones; pero
después yo los sacaré de allí en paz.
Esta
profecía del libro de Baruc fue totalmente falsa, puesto que los judíos
estuvieron en Babilonia alrededor de 60 a 70 años en total (1 generación) y no
7 generaciones como lo expresa ese libro.
Tobias
4
10 Porque la limosna libra de la muerte e
impide caer en las tinieblas:
Tobias
12
9Dar limosna salva de la muerte y
purifica de todo pecado.
Los que dan limosna gozarán de larga vida.
Aquí
vemos directamente un ataque a la doctrina de salvación por la sangre de
Jesucristo, puesto que si la limosna salva de muerte y purifica de pecado sería
una alternativa mucho más fácil para salvarse sin seguir a Jesucristo. (este
libro es realmente todo un engaño)
Tobias
11
14Y añadió: ¡Alabado sea Dios, alabado sea su glorioso
nombre! ¡Alabados sean todos sus santos
ángeles!
Otra
contradicción doctrinal. Puesto que a Dios solo se debe alabar, sin embargo
este versículo apócrifo abre la puerta para generar una idolatría a los ángeles
(esto está más afianzado a las doctrinas de demonios que tienen los católicos).
Además
los libros apócrifos abren puertas a la magia y al ocultismo.
Tobit 6
5El
ángel añadió: Abre el pez, sácale la hiel, el corazón y el hígado y guárdatelo,
y tira los intestinos; porque su hiel, su corazón y su hígado son remedios
útiles. 6El joven abrió el pez
y tomó la hiel, el corazón y el hígado. Asó parte del pez y lo comió, salando
el resto. Luego continuaron su camino, los dos juntos, hasta cerca de Media. 7Preguntó entonces el muchacho al ángel:
Hermano Azarías, ¿qué remedios hay en el corazón, el hígado y la hiel del pez? 8Le respondió: Si se quema el corazón o el hígado del pez ante un hombre o una mujer
atormentados por un demonio o un espíritu malo, el humo ahuyenta todo mal y le
hace desaparecer para siempre.
2º Macabeos 12
42y
rezaron al Señor para que perdonara totalmente ese pecado a sus compañeros
muertos. El valiente Judas exhortó a sus hombres a que evitaran en adelante
tales pecados, pues acababan de ver con sus propios ojos lo que sucedía a los
que habían pecado. 43Efectuó entre
sus soldados una colecta y entonces envió hasta dos mil monedas de plata a
Jerusalén a fin de que allí se ofreciera un sacrificio por el pecado. Todo esto
lo hicieron muy bien inspirados por la creencia de la resurrección,”
Así
queda demostrado el porqué de la no inserción de los libros apócrifos al canon
bíblico usado por la Iglesia.
Estructura Básica de la
Biblia
La
Biblia se puede separar en dos bloques agrupados por secciones:
-
Antiguo Testamento
o
Pentateuco (Torá = Ley): Gn,
Ex, Lv, Nm, Dt
o
Históricos: Jos, Jue, Rt, 1º
y 2º Sa, 1º y 2º Re, 1º y 2º Cr, Esd, Neh, Est
o
Sapiensales y Poéticos: Job,
Sal, Pr, Ec, Cnt
o
Profeta Mayores: Is, Jer,
Ez, Dn, Lm
o
Profeta Menores: Os, Jl, Am,
Abd, Jn, Mi, Nh, Hab, Sof, Hag, Zac, Mal
-
Nuevo Testamento
o
Evangelios: Mt, Mr, Lc, Jn
o
Histórico: Hch
o
Epístolas Paulinas: Ro, 1º y
2º Co, Ga, Ef Fil, Col, 1º y 2º Te, 1º y 2º Ti, Tit, Flm, He
o
Epístolas Generales: Stg, 1º
y 2º Pe, 1º 2º y 3º Jn, Jud
o
Profético: Apocalipsis
Separación por Capítulos y
Versículos
Es
obvio y sabido que las Escrituras, es decir los manuscritos que formaron la
Biblia no estaban separados ni por capítulos, mucho menos por versículos, no
tenían subtítulos, ni separaciones por estrofas o párrafos, tampoco estaban
numeradas sus páginas. Es más, el texto primitivo del AT era consonántico pues
no tenía vocales, el texto primitivo del NT era mayúsculo (no existían las
letras minúsculas) tampoco tenía separación entre palabras, ni acentos.
La
idea de separar cada libro de la Biblia en capítulos y versículos radica en la
buena intención de agilizar la búsqueda de frases y expresiones de profunda
enseñanza mediante una regla memotécnica numérica, para que sea más fácil la
búsqueda referencial y que ésta a su vez sea generalizada.
Esto
se hizo posible luego de varios siglos, cuando la Biblia comenzó a ser un libro
de profundo análisis literario y doctrinal.
Consideremos
que en los tiempos primitivos de la Iglesia, solo algunos tenían el privilegio
de acceder a la lectura o revisión de las Escrituras y el grado de
analfabetismo era muy grande, y los ministros eran muy celosos en el cuidado y
redacción de los mismos.
Se
puede decir que fue a partir del período conocido como el del “Renacimiento”
cuando se empezó a editar los primeros libros modernos, con páginas, títulos,
capítulos e índices. Estos primeros libros impresos imitaban a los manuscritos
y ofrecían un texto extenso y continuado, desde la primera página hasta la
última, sin divisiones en párrafos o estrofas. La Biblia no ha escapado a esta
regla.
Intuimos
que en tiempo de Cristo, los fariseos tenían algún método de separación textual
de las Escrituras (AT) con el fin práctico de agilizar la enseñanza en los días
de reposo, y esto podemos notarlos en aquellos pasajes que eran más populares y
que se leían cíclicamente en las sinagogas (Lc 4:17, Hch 13:15; 15:21, 2 Co
3:14). Además algunos de estos pasajes eran conocidos por un título que hacía
referencia a su temática (Mr 12:26; Lc 20:37, Ro 11:2).
Se
tiene constancia de que en el siglo I dC existía la costumbre de leer la Torá
en la mañana del sábado. Podemos suponer que resultaba muy difícil usar un
texto largo, sin ningún tipo de divisiones que facilitase de la búsqueda del
pasaje determinado para la lectura pública.
Sin
embargo la división del Antiguo Testamento en versículos fue establecida por
estudiosos judíos de las Escrituras, llamados masoretas. Con hábitos monásticos
y ascéticos, los masoretas dedicaban sus vidas a la recitación y la copia de
las Escrituras, así como a la formulación de la gramática hebraica y las técnicas
didácticas de la enseñanza del texto bíblico. Fueron ellos los primeros que
entre los siglos IX y X dividieron el texto hebraico (del Antiguo Testamento)
en versículos.
La
Biblia fue dividida en capítulos en el siglo XIII (entre los años 1234 y 1242),
por el teólogo Stephen Langhton, entonces obispo de la religión católica de
Canterbury, en Inglaterra, y profesor de la Universidad de París.
Influenciado
por el trabajo que los masoretas realizaron sobre el Antiguo Testamento, Robert
Stephanus (El que editó el Textus Receptus) un impresor francés (nacido en
Paris) que vivía en Génova dividió el Nuevo Testamento en versículos en el año
1551.
La
Biblia que Lutero tradujo al alemán, alrededor del 1530 estaba separada por
capítulos.
La
primera Biblia que incluyó totalmente la división de capítulos y versículos fue
la llamada Biblia de Ginebra, publicada en 1560, en Suiza. Los editores de la
Biblia de Ginebra optaron por los capítulos y versículos reparando en la gran
utilidad que tenían para la memorización, localización y comparación de pasajes
bíblicos.
Fue
en definitiva Robert Stephanus, (hijo de Henri), quien popularizó el uso de la
numeración de versículos para toda la Biblia. Para los libros del Antiguo
Testamento se estima adoptó la división del dominico italiano de finales del
siglo XV, Sanctes Paginus. Y para el Nuevo Testamento elaboró una nueva
división. Se cuenta que este trabajo lo realizó en el transcurso de un viaje a
caballo de París a Lión.
En
1551 publicó el Nuevo Testamento griego, y cuatro años más tarde publicó la
Biblia completa en latín. En ambos casos los números de los versículos no
figuraban en el texto bíblico, sino al margen.
En
1565, Teodoro de Beza inscribe los números de los versículos en el interior del
texto mismo.
El
primer libro bíblico impreso dotado de esta presentación versificada y numerada
fue el de los salmos, concretamente el Psalterium quintuplex de Lefevre
D´Etaples, publicado en 1509, en París, por el famoso impresor protestante,
Henri Stephanus, quién ostentó el prestigioso título de impresor del rey para
el hebreo, el latín y el griego.
DATOS
Y CURIOSIDADES
Por
último daremos algunas curiosidades de la Biblia
1)
La primera
cuarta parte de la Biblia cubre hasta 1º de Samuel 15.
2)
La mitad de
la Biblia
está exactamente en el Salmo 118.
3)
La tercera
cuarta parte
se
encuentra en el capítulo 11 de Zacarías.
4)
La Biblia
contiene 66 libros, 1189 capítulos (929 en el Antiguo Testamento y 260 en
el Nuevo Testamento), 31.173 versículos y 3.586.489 letras.
5)
El libro de
Isaías
tiene tantos capítulos como libros tiene la Biblia (66 capítulos, 66 libros.
6)
El libro más
corto del Antiguo Testamento es Abdias (21 versículos).
7)
El libro más
corto del Nuevo Testamento es tercera de Juan, que contiene 1.240
letras.
8)
El capítulo
más largo
es el Salmo 119, el cual contiene 176 versículos.
9)
El capítulo
más corto
es el Salmo 117, el cual contiene 130 letras
10)
El versículo
más largo
está en Ester 8:9.
11)
El versículo
más corto está en Éxodo 20:13 (AT) y Juan 11:35
(NT).
12)
La Biblia
contiene 380 referencias a la
segunda venida del Señor Jesús.
13)
Leyendo un
capítulo diario, se puede leer toda la Biblia en 3 años, 3 meses y 4
días.
14)
Leyendo
cuatro capítulos diario, se puede leer toda la Biblia en 9 meses y
16 días.
La
Paz del Señor Jesús