Introducción
En cierta oportunidad y durante su
ministerio el Señor Jesús dijo estas palabras en una sinagoga de Capernaum
Juan 6
35Jesús
les dijo: Yo soy el pan de vida; el que
a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
Juan 6
53 Jesús
les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si
no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en
vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre,
tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55 Porque mi carne es
verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi
carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 57 Como me
envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él
también vivirá por mí. 58 Este es el pan que descendió del cielo; no
como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan,
vivirá eternamente.
Estas palabras fueron durísimas para
el pueblo judío, pues no podían concebir que significara aquello de "comer
su carne y beber su sangre" y que estas palabras fuera en contra de todo
precepto religioso judío. Evidentemente el Señor era consciente de su
ministerio y del fin del mismo, toda su presciencia se reflejaba en aquellas
palabras.
El Señor Jesucristo estaba decidido
hacer la Voluntad del Padre (Jn 6:38),
porque al hacerlo estaría cambiándolo todo, cumpliría la ley y daría por
finiquitado la ley dada al pueblo judío por medio de Moisés, ley el Antiguo
Pacto, para que en Él se escribiese un Nuevo Pacto en su Cuerpo y con su Sangre
y con ello culminar la Voluntad del Padre que era recuperar, redimir, salvar,
resucitar, lo que se había perdido (Mt 18:11; Lc
19:10; Jn 6:39)
En ese momento ni los discípulos del
Señor entendían las Palabras del Señor Jesús.
Pero en una fiesta judía solemne,
durante una pascua, mientras que para los discípulos era una fiesta más en
representación de la liberación de la esclavitud en Egipto, para el Señor sería
la última pascua, y la primera Cena del Nuevo Pacto.
Mateo 26
26 Y
mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus
discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto
es mi cuerpo. 27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les
dio, diciendo: Bebed de ella todos;
28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada
para remisión de los pecados. 29 Y os digo que desde ahora no
beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con
vosotros en el reino de mi Padre.
Esta Cena efectuada en la Pascua, está llena de señales y
significados. Por casi 1.500 años los judíos habían vivido bajo el régimen de
la ley mosaica y aquella fiesta solemne en la que degollaban un cordero y
derramaban su sangre ahora tomaba el verdadero significado, pues Cristo Jesús
es el Verdadero cordero (Jn 1:29 ... He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo). y su sangre derramada
por el castigo y la crucifixión limpiaría por completo y en una sola
oportunidad los pecados de aquellos que habrían de creer en Él.
Hebreos 9
11 Pero
estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más
amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta
creación, 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino
por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo,
habiendo obtenido eterna redención. 13 Porque si la sangre de los
toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los
inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14 ¿cuánto
más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí
mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para
que sirváis al Dios vivo?
Hebreos 9
24 Porque
no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el
cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 25 y no
para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo
cada año con sangre ajena. 26 De otra manera le hubiera sido
necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la
consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el
sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. 27Y de la manera que está establecido para los hombres
que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, 28así también
Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá
por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.
Y para que estas cosas se transmitieran de generación en generación,
el Señor nos ha dejado la demanda de hacer memoria de estas cosas (Lc 22:19) con el rudimento más sencillo y
práctico que pueda hacerse en todas las Iglesias, el recordarnos que Él es
nuestra Pascua, nuestra redención y cumplir en la Cena el hecho de ser
partícipe de su Sangre preciosa y su Carne de Vida.
1 Corintios 5
7 Limpiaos,
pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois;
porque nuestra pascua, que es Cristo, ya
fue sacrificada por nosotros.
Lucas 22
19 Y
tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo,
que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. 20 De igual manera,
después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en
mi sangre, que por vosotros se derrama.
Luego de consumarlo todo y resucitar para el testimonio de la Vida,
nos ha dejado la Fe y su Espíritu para que alcancemos por Él las promesas y la
herencia eterna.
Es por ello que la Cena del Señor encierra el Valor más grande del
Plan de Dios, su amor, su buena Voluntad, su sacrificio, nuestra redención y su
Venida en Gloria.
Los Rudimentos básicos
¿Qué es un rudimento?: Un rudimento es un elemento primitivo o un
principio básico basado en conocimientos muy sencillos. En nuestro lenguaje hace
referencia a “Embrión”, o “estado inicial primordial”, en el ámbito científico
se considera rudimento a “aquello que no está desarrollado” o está
“imperfectamente desarrollado”, en el ámbito filosófico es considerado como los
“estudios primarios”, en la cocina se considera rudimento a todos los elementos
o ingredientes que se van a integrar para obtener un rica comida.
En las Escrituras stoiceion (stoiqueion)
”rudimento” o “elemento”, es una palabra griega que hace referencia a los
elementos o procesos primarios o prácticas iniciales o generales que son
necesario para el inicio y desarrollo de la vida Espiritual de
todo hijo de Dios.
A comparación de todo el sistema
religioso que tenían los judíos bajo el Antiguo Pacto, pocos son los elementos
rudimentarios que nos ha dejado el Señor Jesús como señales significativas de
pertenecer al Reino de Dios en el Nuevo Pacto: agua, pan, vino, y el velo, que
representan respectivamente el nuevo nacimiento (bautismo) (Mt 28:19), la Carne de nuestro Señor Jesucristo (Jn 6:53), la Sangre preciosa del Nuevo Pacto (Jn 6:53), y la Autoridad del Señor sobre las
mujeres (1 Co 11:13),
Estos cuatro elementos rudimentales
son muy necesarios. En el agua se bautizan para el nacimiento a una nueva vida
la cual se hace una sola vez, con el pan y el vino representamos la Obra
redentora del Señor Jesús, y con el velo las mujeres muestran la señal de
autoridad que tienen sobre su cabeza y que lamentablemente en estos tiempos
casi la mayoría de las cristianas desobedecen y se presentan en oración sin
velo (como tampoco pueden alcanzar el verdadero significado de ello).
Requisitos
básicos para la Cena del Señor
En cierta oportunidad Pablo se vio
forzado a formalizar o institucionalizar la Cena del Señor debido a la nefanda
conducta y a la irreverencia por parte de aquellos cristianos que participaban
de la misma en la Iglesia en Corinto sin discernir y sin ni siquiera entender
lo que realmente esto significaba, por ello escribió estas cosas dejándonos
memoria de cuál debe ser el comportamiento y como prepararse para tomar aquel
tan preciado y simple rudimento que sin los debido requisitos trae pésimas
consecuencias al tomarlas indignamente.
1 Corintios 11
20 Cuando,
pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. 21 Porque
al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y
otro se embriaga. 22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y
bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen
nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.
23 Porque
yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue
entregado, tomó pan; 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo:
Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en
memoria de mí. 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber
cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas
las veces que la bebiereis, en memoria de mí. 26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y
bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
27 De manera que cualquiera que comiere
este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y
de la sangre del Señor.
28 Por tanto, pruébese cada uno a sí
mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. 29 Porque el
que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y
bebe para sí. 30 Por lo cual hay muchos enfermos y
debilitados entre vosotros, y muchos duermen. 31 Si, pues, nos
examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; 32 más siendo
juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el
mundo.
33 Así
que, hermanos míos, cuando os reunís a comer, esperaos unos a otros. 34 Si
alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las
demás cosas las pondré en orden cuando yo fuere.
Al leer esto el cristiano esta puesto en estrecho, porque por un lado
tiene la demanda de comer el Cuerpo y beber la Sangre del Señor Jesucristo que
representa la vida (Jn 6:53), de otra manera
no podrá permanecer en Cristo Jesús (Jn 6:56)
y por ende de no participar de la Cena entrará en un estado gravoso y por otro
lado debe presentarse dignamente habiendo discernido el Cuerpo del Señor porque
de otra manera también sufrirá la consecuencias de no estar preparado para
tomar la Cena.
Primeramente, en la Cena participa los que forman parte del Reino de
Dios, es decir todo cristiano que ha creído y se ha bautizado en el Nombre del
Señor Jesús. Los niños y todo congregante que todavía no se ha bautizado no deben
tomar la Cena.
Particularmente cada cristiano debe evaluar su condición y hacer un
examen de conciencia antes de tomar la Cena, es decir un reconocimiento
apelando a la memoria de las cosas indebida que ha hecho desde la última Cena
tomada, una oración le ayudará a reconocer su estado y pedir perdón a Dios y
obviamente debe estar libre de contiendas, ira, enojos con otros hermanos o
familiares en Cristo Jesús, en tal caso antes de tomar la Cena debe reconciliarse
con aquellos que ha altercado, perdonando y pidiendo perdón, en muchos casos
apelando a la misericordia y sufriendo el agravio. También para tomar la Cena
debe estar libre de pecados de fornicación, de adulterio, de idolatría, de
hurtos, de coimas o cohecho y de cosas semejantes las cuales desagradan
profundamente a Dios. En definitiva para participar de la Cena se debe tener
una vida santificada lo que implica una vida alejada de las cosas de la carne.
Gálatas 5
18 Pero
si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Y
manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades,
pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las
cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales
cosas no heredarán el reino de Dios.
22 Mas
el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24 Pero
los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y
deseos.
25 Si vivimos por el Espíritu, andemos
también por el Espíritu.
26No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos
unos a otros.
La Cena del Señor Jesús no es ni debe considerarse jamás un acto
religioso, tampoco se requiere de una autorización religiosa para llevarla a
cabo, como tampoco puede tomarse a la ligera; Donde se reúnan dos o tres en el
nombre del Señor Jesús y siendo plenamente consciente y sepan el valor de la
Cena, pueden tomarla.
Las Escrituras no especifican la frecuencia con la que debe hacerse la
Cena del Señor, no tiene horario, ni fechas, por lo general los cristianos del
primer siglo la hacían los días domingo (Hch 20:7) y
también en las casas cristianas (Hch 2:42) y
bueno sería para la Iglesia de estos tiempos que la Cena se practicase en todas
las reuniones, también puede hacerse en las casas de aquellos hermanos que
viven verdaderamente el Evangelio en el día a día y preferentemente en los
hogares de buen testimonio con todos sus miembros cristianos.
Pan y Vino, mientras sean pan y vino la ordenanza puede efectuarse,
aclaramos que el vino no puede suplantarse por jugo, debe ser vino; Ahora bien
algunos pueden ajustar los elementos rudimentarios pero para nada deben
entorpecer la ordenanza en el sentido de que se transformen en obligaciones
religiosas. Algunos ajustes opcionales que se pueden hacer son: - Que el pan
sea sin levadura. - Que el vino sea tinto. - Que el pan sea una unidad para
partir. - Que el vino sea servido en una copa en común, en fin a más de esto
sería entorpecer la Cena.
Lo que es y lo que no es la Cena del Señor
Salmos 133
1¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es
Habitar los hermanos juntos en
armonía!
1 Corintios 10
15 Como
a sensatos os hablo; juzgad vosotros lo que digo. 16 La copa de
bendición que bendecimos, ¿no es la
comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión
del cuerpo de Cristo? 17 Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser
muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan.
A nivel congregacional la Cena tiene un solo principio y una gran
doctrina que es "la comunión" palabra traducida del vocablo griego koinwnia
"koinonia" que implica compañerismo, un
grupo unificado por un mismo sentir, un mismo propósito, un Cuerpo que es el
Cuerpo de Cristo cuya Sangre corre por medio de su Espíritu en todos los
miembros.
A lo largo de la historia del cristianismo las religiones han usado y
usan aún este acto de manera equivocada o con valores equivocados.
El cristiano debe comprender que: a) la Cena no perdona pecado; b) No
es un sacrificio por los pecados; c) No es un servicio religioso según reglas
de hombres.
Las consecuencias
1 Corintios 10
21 No
podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los
demonios.
Lamentablemente los cristianos de esta era no tienen noción ni pueden
discernir el cuerpo del Señor Jesucristo, por esta razón hay muchos cristianos
sumidos en enfermedades, en grande dificultades a las que equivocadamente
llaman "pruebas" y no tienen la capacidad para discernir que mucho de
lo que ocurre en su vida es justamente un juicio por parte del Señor, por
atreverse a tomar la Cena indebidamente, sin discernir el cuerpo del Señor.
Tomar la Cena requiere de gran reverencia.
Así que no tomar la Cena nos pondrá en una situación muy grave al
punto tal de perder la comunión con su Espíritu y con su Cuerpo que es la
Iglesia. Como así también tomar la Cena sin llevar una vida de santidad
provocará serias consecuencias. Cada cristiano verá que debe hacer para
corregirse y ser parte del Cuerpo de Cristo en santidad y honor.
La Paz del Señor Jesús contigo