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EL ANTIGUO PACTO





Introducción
Dentro del Plan de Dios, la Salvación es una parte importante, podríamos decir y permítannos usar este vocablo, que es una “fase” y es uno de los misterios a develar; Como hijos de Dios, creyentes en Cristo Jesús, que buscamos la profundidad de las riquezas de su gracia, sentimos de pleno la obra redentora de Cristo Jesús en nosotros, pero no es suficiente, porque deseamos saber cómo ha desarrollado Dios esta Salvación tan grande.

Desde el principio de la Creación vemos a Dios probar la obediencia del hombre (Gn 2:16; Sal 66:9-12; Pr 17:3), prueba que el hombre no superó (Sal 53:3; Ro 3:9-12, 3:23) y que por ende fue sujetado al poder de la muerte y sujeto a maldición (Gn 3:17-19). Pero no termina allí, el plan continúa pasando a la fase de Salvación, fase en la que Dios intervendrá para revertir y mejorar el estado del hombre (Heb 5:7-9, 2:10).

La “Fase” de Salvación es una obra maestra perfectamente diseñada y está visible en las Escrituras a todo hijo de Dios. A pesar de que la humanidad y el mundo cayó en maldición, Dios no abandonó su Creación, sino que decidió Salvarla y lo ha hecho mediante “Pactos” (Acuerdos, tratados entre partes) que al margen del significado del vocablo, los pactos son sistemas de santificación en diferente niveles que tienen como propósito enseñar al hombre y perfeccionar al hombre con el fin de apartarlo del mal. Porque el hombre caído, es un hombre pecador sujeto a maldición, maldición que es como un virus que tiene controlado al hombre. Por lo tanto, mediantes los "pactos" o "acuerdos" el objetivo de Dios es sanar y recuperar al hombre caído y esto evangelísticamente significa insertar a Cristo (“Ley de Vida”) en el hombre que está enfermo e infectado con el “poder de la muerte”.

La Salvación es entonces un proceso planificado en tiempo y forma descrito en las Escrituras. Y podemos ver que en este proceso se distinguen dos acuerdos, dos “Pactos” que son la esencia del Plan de Dios y que nosotros estudiaremos por parte y veremos primeramente el “Antiguo Pacto”.

Antes de desarrollar la meditación que estará centrada en el Antiguo Pacto, no debemos olvidar o de mantener siempre presente que los objetivos fundamentales del Plan de Dios son:

-       Mostrar al único y solo Soberano Rey de Reyes y Señor de Señor que es Cristo Jesús (El Eje Fundamental del Plan, “El Centrismo” que hay en Jesús) (Col 1:15-20; Fil 2:5-11; Ef 1:9-10)
-       Mostrar su Amor y su Justicia (Redención del hombre) (Jn 3:16; Jr 9:24; Miq 6:8)

Diccionario:

[PACTO: Convenio / Acuerdo mutuo de dos o más partes que vincula y obliga a una reciprocidad de beneficios y obligaciones. Tiene a veces definida la estructura del convenio mediante rudimentos que establecen las formas y los medios del acuerdo]

En hebreo el vocablo deriva de tyriB (BeréÆt) Alianza, obligado,
En griego es más comprensible porque proviene de diayhkh, (diadseke) significa primariamente otorgamiento de propiedad mediante un testamento.

El Pacto con el Pueblo Judío

Génesis 15
18En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; 19la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, 20los heteos, los ferezeos, los refaítas, 21los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.

Apenas se produce la caída del hombre, Dios avisa que la Salvación vendría por la simiente de la  mujer (Gn 3:15) (dando a entender que el Salvador sería un hombre), pero luego vemos que durante casi 1700 años el mundo se colmó de maldad y que el pensamiento y el designio del hombre era de continuo solamente el mal (Gn 6:5), sin embargo Noé halló gracia y permitió que el plan continúe. Dios con Noé hizo un pacto (Gn 8:21).
Aproximadamente después de cuatrocientos años después del diluvio, Dios llamó a Abraham a quien sacó de su tierra natal y lo llevó a tierras cananeas, le hizo varias visitas e hizo un Pacto con él. Este Pacto tenía la firme intención de poner en marcha “el primer acuerdo de redención para el hombre”, a su vez por medio de este acuerdo Dios comenzaba a manifestarse al hombre en una relación más íntima.
El convenio que hizo con Abraham revela entre muchas cosas la manifestación de un único Dios sobre toda la Creación y retoma el objetivo de traer “la Simiente” prometida a Eva y que ahora se especifica que sería descendiente de Abraham.

Génesis 17
6Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. 7Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. 8Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.

Génesis 22
18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.

Un punto importante a destacar es que Dios expresa directamente que en la simiente de Abraham no solo los judíos serían beneficiados sino que todas las naciones también serian beneficiadas (a modo de anticipar lo que abarcaría la redención)

Y para sellar la primera parte de este acuerdo Dios ordena a Abraham la circuncisión como “señal” del Pacto

Génesis 17
10 Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. 11Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros.

Luego de los patriarcas, el pueblo judío fue llevado a Egipto y por cuatrocientos treinta años habitaron allí sirviendo a faraón hasta que Dios poderosamente los sacó de allí por medio de Moisés y en el monte de Sinaí, Dios confirma el pacto hecho a Abraham y establece el libro del Pacto confirmando al pueblo judío.

Leyendo las Escrituras en el Antiguo Testamento, podemos verificar la forma de este Pacto entre Dios y los judíos.

-       Señal del Pacto        : Circuncisión (Gn 17:10)

-       Promesas del Pacto:
o   La Presencia de Dios con el pueblo (Ex 25,26) “El Tabernáculo y el Arca del Pacto”
o   La Tierra para el pueblo. Nacimiento de la Nación Judía (Jos 1:2)
o   La vida por medio de la Ley (Lev 18:5; Dt 30:15-16; Ro 10:5; Ga 3:10-12)
o   La Simiente (El Ungido de Dios) (Gn 22:18; Ga 3:16)
-       Obligaciones del Pacto (Libro de Levíticos)
o   Cumplimiento de la Ley
§  Mandamientos Fundamentales (Ex 20; Dt 5, 6:5; Mt 22:36-40)
§  El Culto a Dios (Sacrificios y Ofrendas)
§  Oficio Sacerdotal entregado a los levitas (Nm 18)
§  Reglas de convivencia social
§  Deberes, Disciplinas y Conductas (Lv 8 al 14)
§  El Diezmo y las ofrendas para el servicio (Nm 18; Dt 14:22)
§  Las Fiestas solemnes (Ex 23:14-17; Lv 23)
§  El Día de Reposo (Ex 20:10)
-       Cláusulas de cumplimiento e incumplimiento de las obligaciones
o   Por cumplimiento se obtendrá          : Bendición (Dt 30:17-20)
o   Por incumplimiento se obtendrá       : Maldición (Dt 27:15-26, 30:17-20)

El pueblo judío recibió el Pacto y consintió con Dios

Exodo 24
7 Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos. 8 Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.

Deuteronomio 27
26 Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para hacerlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.

Y el pueblo judío dijo: “Amén”.

Luego de concretado el Pacto, entra en vigencia el pacto, período que nosotros conocemos como “El Periodo de la Ley”.

Pero que representa en sí este Pacto?
Lo que Dios estaba haciendo era seleccionar una parte de la humanidad y poner en sus manos (en la mano del judío) la posibilidad de auto-salvarse, es decir que Dios le dio al pueblo judío la forma para que lograra su Salvación, salvación que le permitiría escapar del poder de la muerte y de la corrupción.
Bajo este Pacto podemos ver que la salvación del hombre dependía del hombre, si el hombre (judío) cumplía la ley podría escapar de la muerte y eliminar esa naturaleza corrupta, lo que significaría que habría de “sanarse”, quitar la ley del pecado que está en sus miembros y vivir en justicia y transmitir con su vida esa justicia. Consideremos que la ley no era gravosa y que contenía los medios para que el hombre  lo lograra.
El pueblo de Israel contaba con todas las herramientas necesarias (bendiciones) para practicar la ley. Dios había expuesto al judío el conocimiento del bien y del mal y de cómo lograr hacer el bien.
Otro objetivo paralelo de la ley era que el resto del mundo viera en la nación judía como el medio para lograr la salvación, porque la ley permitía a los extranjeros judaizarse (ser un prosélito al judaísmo) y de esta manera hacerse participe de la ley y lograr la vida reconociendo al Dios de los judíos como el Único y Verdadero Dios.

El Pacto es perfecto, la justicia de Dios se refleja perfectamente, los mandamientos son santos y las promesas son ricas en bendiciones. Simplemente había que cumplir. ¡Qué maravilloso acuerdo!, cuan afortunados son los judíos entre las naciones por tener al verdadero Dios de su lado.

Pero, qué pasó?, porqué no funcionó?
Penosamente, desde su aprobación, ningún judío cumplía la ley, y lo peor es que no podían ni siquiera cumplir los mandamientos, nadie lograba la salvación por sí mismo. La Ley se transformó en una pesada carga de maldición imposible de resistir y sobrellevar.

Salmos 14
3           Todos se desviaron, a una se han corrompido;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

Romanos 3
10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11 No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios.
12   Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

Es evidente que al margen de las ganas y de la buena intención y disposición del hombre por lograr cumplir la ley, había en ellos una naturaleza pecaminosa que los sobrepasaba y que los superaba, haciendo del pacto que era una ley de vida en una ley de maldición y muerte.

Romanos 7
10Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; 11porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató. 12De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.

Está claro que con el hombre convivía una ley contradictoria a la ley de la vida, es por ello que no podía cumplir la ley porque no tenía el control ni podía controlarse. Así que aunque teniendo los medios todos murieron en el intento. Nadie podía escapar de la muerte por sus propios medios.

Entonces

Romanos 7
13¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso. 14Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. 15Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. 16Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. 17De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. 18Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.

Cuál es entonces el objetivo del acuerdo?, daría Dios algo imposible al hombre? A su vez qué sentido tendría cargar sobre el hombre semejante carga?.

El acuerdo es fidedigno, el hombre no sabía que arrastraba en sí una ley pecaminosa, pensaba que lo carnal era algo fácil de dominar, lo que no sabía era que estaba “vendido” al pecado, que toda su naturaleza (pasiones, emociones, instintos, sentimientos) tenía ya un acuerdo con lo maligno y que lo superaba ampliamente, al punto de decir “ya no soy yo sino el pecado que mora en mí”.
Pero, parecería que hacer el bien es solo una ilusión, sin embargo el objetivo era encerrar al pecado bajo la ley, para que el pecado se mostrase como pecado por medio de lo que es bueno, indicando que la aniquilación del pecado es el bien. Así que el medio no era por lo carnal, sino por lo espiritual y en un sentido nuestra conciencia admite el bien (se arrepiente), hace fuerza para lograrlo y quizás esto sea ya algo positivo, que aunque sea la intención de hacer el bien sea ya un objetivo en el hombre y ese objetivo no sería posible sin la ley, a su vez de que el hombre conociera lo corrupto que era en toda su naturaleza. Hablamos de la necesidad del hombre por “obedecer” mientras “desobedece”.

Durante casi mil quinientos años, se ha demostrado que nadie podía contra su naturaleza pecaminosa.
Con este pacto se demuestra también que el hombre no puede justificarse. Con este pacto todos quedamos bajo el poder de la muerte. Justa es la condenación para todos, justa es la muerte para los pecadores. No vale la pena salvar a los hombres aún cuando Dios derramó su gracia sujeta a la naturaleza humana y esto en esa forma puede verse una “gracia condicionada”.

Pero Dios siendo justo, muestra que su amor y misericordia lo son aún más. Mientras que para el hombre el acuerdo fallido era irrefutable y que en otro modo parecía un fracaso por parte de Dios por causa del hombre. Dios preveía por medio de sus profetas lo siguiente:

Jeremías 31
31He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

Que promesa!
A pesar de la dura cerviz y de la continua desobediencia de su pueblo, Dios pasará por alto la condenación para mostrar su amor y misericordia, ofreciendo un nuevo pacto (otra oportunidad) el cual desarrollaremos más adelante.
Por lo pronto hemos de considerar que Dios ya tenía previsto un Nuevo Pacto.
Pero cuidado, poner en marcha un nuevo pacto no significa anular el primer acuerdo, porque un acuerdo es un acuerdo y el acuerdo está sellado con justicia, si Dios deshace el primer pacto sin que se hayan cumplido los objetivos mostraría a un Dios injusto, así que esto se pone interesante.
Si el medio para salvar al hombre por sus propios medios falló. Cómo salvamos al hombre ahora?, como hacemos para librar al hombre del pacto existente?. Como se rescata lo que se ha perdido?, Como quitamos el poder de la muerte del hombre?.
Si de todas las naciones solo los judíos tenían los medios y por medio de ellos nosotros los gentiles, Cómo lo lograríamos?

Por una parte para justificar el pacto se requería que al menos un hombre lo cumpliera. Vale decir se requiere que un hombre cumpla la ley a la perfección y logre la vida eterna. Este hombre exento del poder de la muerte estaría libre y justificado y con la capacidad de negociar algo con él.
Pero que hombre sería?

Isaias 6
8Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.

Aquí comienza el Evangelio, la cual se puede resumir de la siguiente manera:

Zacaría 2
10Canta y alégrate, hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová. 11Y se unirán muchas naciones a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado a ti.

Cansado de esperar en el primer pacto, cansado de los sacrificios inútiles dice:

Hebreos 10
4porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. 5Por lo cual, entrando en el mundo dice:
Sacrificio y ofrenda no quisiste;
Mas me preparaste cuerpo.
            6          Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.
            7          Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí. 8 Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), 9y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último.

Salmos 40
            8          El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.
            9          He anunciado justicia en grande congregación; He aquí, no refrené mis labios, Jehová, tú lo sabes.
            10         No encubrí tu justicia dentro de mi corazón; He publicado tu fidelidad y tu salvación; No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea.

Y de aquel que venía se dijo:

Juan 1
1En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2Este era en el principio con Dios. 3Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

Filipenses 2
6el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

Juan 1
14Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Filipenses 2
8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Tanto tiempo se esperó por el hombre que cumpliera la ley que ante la ineficacia de la humanidad, he aquí que Dios se manifestó, se acercó Él mismo haciéndose hombre y lograr lo que nadie lograba. Siendo el Creador de todas las cosas se hizo un ser creado no tomando para sí ninguna de las virtudes y propiedades de Dios. Jesús nació por voluntad del Espíritu Santo, hecho carne, nacido de mujer, un hombre al 100% (Ga 4:4), judío que cumplió la ley a la perfección y no se halló pecado en Él (1 Pe 2:22; 1 Jn 3:5; Heb 4:15).
A los 30 años tenemos al hombre que logró la Vida por medio de la ley, logró la obediencia y fue perfeccionado en ella (Heb 5:9).
Jesús fue la respuesta al Pacto, ¡Grande eres Señor! ¡Solo tú eres Santo! ¡Tu lo lograste!.

Juan 10
17Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.

Entonces tenemos a un hombre que tiene la Vida Eterna, tenemos un hombre inmortal;
Y ahora se le pide a este hombre que negocie los términos para un Nuevo Pacto. Se le pide a Cristo que entregue su Vida por los que no lo lograron, por aquellos que por su conciencia en el bien estaba el hacer el bien pero que no podían y que solo tenían condenación. En definitiva se pide a Jesús que de su Vida a cambio de la condenación, a cambio de la muerte, que absorba Él la ira de Dios por los pecados de los hombres según lo establecido por el Antiguo Pacto y dejar a todos en una condición de gracia sin los efectos de la ley. Y la respuesta fue “Si” Padre haré tu voluntad ¡Cuan maravilloso es este amor! ¡Dios mío, grande es tu amor y tu misericordia!.

Romanos 5
6Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.

Colosenses 2
14anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

Es por eso que su muerte es un ¡Triunfo! para nosotros. Y Él al morir en la cruz descendió al Seol, esperando la promesa realizada a Él de que no dejarían su alma en el Seol (Sal 16:10); Por cuanto el amor es mayor que la condenación el Seol no pudo contenerlo. Por lo tanto ¡Jesucristo Resucitó! ¡Aleluya!, para traer una mejor Vida, una esencia superior, un nuevo régimen, una heredad Santa e Inmortal para todos los que creen en Él.

No solo nos amó, venció al mundo, venció al sistema, destruyó al poder de la muerte, despojó a Satanás y sentenció juicio.

Apocalipsis 12
10Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. 11Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.

Oseas 13
14De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol; la compasión será escondida de mi vista.

Juan 16
4Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho. Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros.5Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? 6Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. 7Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. 8Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9De pecado, por cuanto no creen en mí; 10de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; 11y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.

Así que ya no hace falta la ley entregada a Moisés

Romanos 10
4porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

Lucas 16
16La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.

Romanos 6
14Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Romanos 8
2Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Romanos 7
4Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. 5Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. 6Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.

Entonces el propósito del primer pacto estaba cumplido, es perfecto, porque con Cristo la ley queda confirmada, haciéndole entender al judío y a los que creen en su nombre que la ley no era más que una guía primitiva, un tutor circunstancial para mostrar la verdad y Cristo como el Eje principal de esta Salvación tan grande.

Gálatas 3
23Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. 24De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, 26pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; 27porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. 28Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. 29Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.

Así que habiendo Jesús cumplido el Pacto, lo finalizó, le puso fin y dejó abierto el camino al Padre eliminado los viejos rituales y cutos y las costumbres judías, dejando sin efectos las cláusulas de obediencia o desobediencia.
En Cristo Jesús nace el “Nuevo Régimen”, “Nuevo Pacto”, con una nueva ley, la “Ley Espiritual”.
En Cristo Jesús se oficiaron todos los servicios del sacrificio. Jesús fue el cordero que quita el pecado del mundo, Jesús es el Sacerdote del sacrificio según el orden de Melquisedec y entró en el verdadero santuario de Dios. Esto es lo que explica la epístola a los hebreos.

Hebreos 8
1Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, 2ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre. 3Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer. 4Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; 5los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte. 6Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. 7Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.
8Porque reprendiéndolos dice:
He aquí vienen días, dice el Señor,
En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;
            9          No como el pacto que hice con sus padres
El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto;
Porque ellos no permanecieron en mi pacto,
Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
            10         Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos,
Y sobre su corazón las escribiré;
Y seré a ellos por Dios,
Y ellos me serán a mí por pueblo;
            11         Y ninguno enseñará a su prójimo,
Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor;
Porque todos me conocerán,
Desde el menor hasta el mayor de ellos.
            12         Porque seré propicio a sus injusticias,
Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
 13Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.

Hebreos 9
1Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal. 2Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición. 3Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, 4el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto; 5y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle.
6Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; 7pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo; 8dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. 9Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, 10ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas.
11Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 13Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
15Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. 16Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. 17Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. 18De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. 19Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, 20diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado. 21Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio. 22Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
23Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. 24Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 25y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. 27Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, 28así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.

Hebreos 10
1Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. 2De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. 3Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; 4porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. 5Por lo cual, entrando en el mundo dice:
Sacrificio y ofrenda no quisiste;
Mas me preparaste cuerpo.
            6          Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.
            7          Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para
hacer tu voluntad,
Como en el rollo del libro está escrito de mí.
 8Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), 9y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. 10En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.
11Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 14porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. 15Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho:
            16         Este es el pacto que haré con ellos
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones,
Y en sus mentes las escribiré,
 17añade:
Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.
 18Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.
19Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. 23Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

Así queda demostrado por medio de las escrituras que el viejo pacto ha caducado y que tenemos en Cristo Jesús un Nuevo Pacto, el cual describiremos luego.
Por lo pronto es importante entender que Dios quiere que el hombre se aparte del mal, que haga lo bueno y que desee hacerlo. Por lo que el Nuevo Pacto mantiene los mismos objetivos del antiguo que es la santificación, con el agregado de que en el Nuevo Pacto tenemos el Espíritu de Cristo que es el Espíritu Santo morando en los que creen en su nombre.

El Nuevo Pacto difiere del Antiguo en los medios para lograr la santificación, antes era por obediencia a la ley, ahora es por obediencia a la fe bajo la Ley Espiritual, teniendo el Espíritu Santo.

Romanos 8
2Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 5Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. 6Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. 7Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
9Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 10Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.

Con este conocimiento acerca del Antiguo Pacto, entendemos que la dificultad del hombre radica en su propia naturaleza, la cual domina todo su ser, pues es carnal (Ro 7:21-25). Y Cristo crucificó la carne para que entrase en vigencia lo Espiritual.
Así que mientras existimos en esta carne estamos sujetos a la ley de la carne, pero que para nada se antepone a la Ley Espiritual la cual es Superior, el cual nos da un discernimiento más elevado en el bien y el mal y nos renueva (Ef 4:23; 1 Co 2:15).
Concluimos que lo carnal no puede ser renovado. Pero tenemos en Cristo Jesús un nuevo cuerpo (cuerpo glorificado) reservado para nosotros en el día de nuestra manifestación.

2 Corintios 5
1Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. 2Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial;


La Paz del Señor Jesús

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